“El alma del que trabaja, trabaja para sí, Porque su boca le estimula.” (Proverbios 16:26) Estamos obligados, todo el tiempo, cada día, somos sometidos a las leyes de la vida . Debemos comer y beber para seguir sobreviviendo. Debemos abrigarnos para no morir de frío. Debemos trabajar para procurarnos el sustento. Todos los días estamos obligados a cumplir deberes que nuestra condición de criaturas nos impone. Si reflexionamos al respecto, pronto podremos admitir que somos totalmente dependientes y necesitados de la provisión que Dios puso a nuestro alcance en la naturaleza, y que por mucho que algunos se jacten de una falsa superación tecnológica, lo cierto es que todo ser humano está sujeto a los decretos del Creador desde que nace hasta que muere (por mucho que nos esforcemos, por ejemplo, por detener nuestro deterioro físico, inevitablemente la vejez lo traerá). Es pues sabio temer al que tiene todo poder, y ha determinado los límites, leyes, caminos, y destino de todo l...
La amistad con Jesucristo... "Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces... hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos;... Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia..."