Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2015

El profeta de Dios

“El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos. Y lo que vio y oyó, esto testifica; y nadie recibe su testimonio. El que recibe su testimonio, éste atestigua que Dios es veraz. Porque el que Dios envió, las palabras de Dios habla; pues Dios no da el Espíritu por medida.” (Juan 3:31-34)  “Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.” (1 Juan 4:5-6) “Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios” (Efesios 6:17) “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no se

El Verdadero Evangelio

" Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo.   Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis." (Juan 8:23-24) La incredulidad, que esconde ignorancia, desconfianza y miedo hacia Dios, es la contracara de la confianza en su testimonio por medio de la cual recibimos la paz que nos concede la obra del Evangelio de Jesucristo (ver Romanos capitulo 3:9-28 ). Las religiones no pueden darte seguridad, confianza y la tranquilidad de estar en paz con Dios, porque ellas te obligan a cumplir con ciertas normas y tradiciones a las cuales deberás prestar total observancia si es que quieres  alcanzar  la justicia que demanda Dios. Por el contrario,  el evangelio de la gracia , nos comunica la  buena noticia  de que Cristo murió y resucitó para que podamos tener la misma segura confianza de un niño en la cobertura de su padre. Por eso está escrito q

¡No bajes la cabeza, vive a tu manera, ama, sueña y sé feliz!

Frases bonitas y aduladoras del ego: Hay un idealismo muy pernicioso, que es ese que se vale de falsas ilusiones y vanas pretensiones que exaltan el ego de la persona haciéndole pensar que puede ser feliz sin Dios a pesar de la corrupción del tiempo y de la muerte... es ese idealismo que rechaza el mensaje realista de la vida, que requiere reconocer que estamos condenados a muerte, tal y como la Palabra de Dios nos enseña, de tal modo que cuando Jesús les dice a  sus oyentes que si no se arrepienten y reconocen su necesidad de ser salvados, todos perecerán igualmente, nos está diciendo la pura verdad de nuestra humana condición. Por eso prefiero herir con la verdad, y guiarte al Médico que adular tu alma con mentiras y que sigas en el ancho camino que lleva a la perdición (Mateo 7:13). El caso del hombre que le dio la espalda a Dios: Entonces... huyó sin rumbo, corrió, ansioso, feliz, sin mirar atrás, para pronto encontrarse nuevamente en el mismo lugar, consu

Quien no cree al Dios de la Biblia esconde aversión a obedecerle

"porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias..." (Romanos 1:19-21) La cuestión de fondo en el drama de la vida es, por sobre todas las cosas, un problema de rebelión contra la au toridad. Todo sistema de Derechos y Deberes (sea secular o religioso) que nos obliga por Ley a obedecer ciertas normas a pesar de nuestra voluntad, es un ejemplo claro de cómo el ser humano es un transgresor por naturaleza. A eso se suma el contínuo deseo del hombre de imponer su voluntad por sobre toda otra voluntad. Luego, Dios, no es una cuestión de fe, sino más puntualmente de adversidad.  Él es ese Otro Soberano que tiene una voluntad que el hombre no desea oír, de ahí que toda p