“Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis la mentira?” (Salmos 4:2) “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” (Gálatas 6:7) Tu conciencia es la única cosa de la que jamás podrás escapar en esta vida (aparte de Dios). Muchos saben esto y entonces de alguna manera permiten que sus conciencias sean insensibilizadas. Esto no se produce de un día para el otro, sino que es el resultado de un proceso más o menos largo en el cual escogemos los argumentos, pensamientos, creencias, filosofías e ideas que logran socavar toda natural oposición que la conciencia ejerce contra el mal moral que nos asedia (sobre esta elección necesitaremos un epígrafe completo aparte). Hace unos días leí sobre el concepto de “ inhabilidad moral ” que Jonathan Edwards usó para describir la imposibilidad que un ser humano tiene de actuar en contra de cierta ley moral. Por ejem...
La amistad con Jesucristo... "Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces... hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos;... Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia..."