LA FELICIDAD ¿DE DÓNDE VIENE? El hombre no sabe quién es, en tanto desconoce quién es Dios. Un buen acercamiento es considerar nuestro cuerpo mortal que se transformará en polvo, y compararlo con la grandeza de las galaxias, los sistemas solares y las maravillas de la creación. Mientras el ser humano librado a las fuerzas naturales es reducido a un puñado de cenizas, la Omnipotente mano del Creador sostiene todas las cosas, visibles e invisibles. En vista de esta realidad, el sabio entiende su humilde condición, su frágil existencia, y su tremenda necesidad del Dador de la vida. Por el contrario, el insensato, como enseña la Escritura, se muestra confiado e insolente. Cuando el hombre y la mujer entienden quién es el Creador, tienen la oportunidad de entrar en una relación con Él, en la cual, ese Dios que desea redimirlos de la muerte, ha venido para llamarnos a ser parte de su reino, porque su sola voluntad así lo ha querido (por gracia): ...
La amistad con Jesucristo... "Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces... hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos;... Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia..."