Confesiones de creyentes que reconocían su pecado ante el único Dios Santo:
- ¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte? - Apóstol Pablo
- ¡Apártate de mí, Señor, ¡pues soy hombre pecador! – Apóstol Pedro (Luc 5:8)
- ¡Ay de mí! que soy muerto; ...siendo hombre inmundo de labios - Profeta Isaías
- Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo. - Centurión Romano
- Y me arrepiento en polvo y ceniza, por tanto, me aborrezco. - Job
- Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. - Rey David
"Pues mirad, hermanos, vuestra vocación, que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su presencia. Mas por él estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual nos ha sido hecho por Dios sabiduría, justificación, santificación y redención; para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor." (1 Cor 1:26-32)
(Pasajes tomados de una publicación cristiana en la red)
Como vemos el mensaje del evangelio no se basa en que hay gente buena, sino en que TODOS SON IGUALMENTE PECADORES ANTE DIOS.
"... por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia" (Ro. 3:23-24 RV)
Por lo tanto, el apóstol del Señor escribió a continuación (versículo 27): "¿Podemos, entonces, jactarnos de haber hecho algo para que Dios nos acepte? No, porque nuestra libertad de culpa y cargo no se basa en la obediencia a la ley. Está basada en la fe." (Ro. 3:27 NTV)
El orgullo moral siempre supone una pretensión de justicia, y una pretensión de justicia, siempre supone un tercer juzgador que aprueba o desaprueba nuestras obras. El cristianismo auténtico es rechazado y es causa de aprehensión porque le recuerda a todo ser humano su verdadero estado moral delante de la Justicia del Juez último de todas las cosas. Sin embargo, para quienes confiamos en la obra de Cristo a favor de los pecadores, Él es nuestra Justicia, tal como se ha testificado:
"Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia." (Romanos 3:21-25)
Esta es la buena noticia del evangelio de la gracia: poder ser "justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" a través de la fe.
"Pues no me avergüenzo de la Buena Noticia acerca de Cristo, porque es poder de Dios en acción para salvar a todos los que creen, a los judíos primero y también a los gentiles. Esa Buena Noticia nos revela cómo Dios nos hace justos ante sus ojos, lo cual se logra del principio al fin por medio de la fe." (Romanos 1:16-17 NTV)
"Eres bendita porque creíste que el Señor haría lo que te dijo. María respondió:
—Oh, cuánto alaba mi alma al Señor. ¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador!" (Lucas 1:45-47 NTV)
—Oh, cuánto alaba mi alma al Señor. ¡Cuánto mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador!" (Lucas 1:45-47 NTV)
"Para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el Señor." (RV)
"Por lo tanto, como dicen las Escrituras: «Si alguien quiere jactarse, que se jacte solamente del Señor»" (NTV)
"Por lo tanto, como dicen las Escrituras: «Si alguien quiere jactarse, que se jacte solamente del Señor»" (NTV)
¡Amén!
N.M.G.
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