"Aun las tinieblas no encubren de
ti,
Y la noche resplandece como el
día;
Lo mismo te son las tinieblas que
la luz.
Porque tú formaste mis
entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi
madre.
Te alabaré; porque
formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien." (Salmos 139:12-14)
Muchos siglos antes que los científicos
modernos hablaran en términos de millones de años, estimaran dataciones de
miles de millones de años, y midieran distancias en "años luz", la
revelación dada a los escritores bíblicos nos habló de la eternidad del Creador
(Génesis 21:33; Salmos 45:6; Isaías 40:28), cuyas dimensiones describe en estas
palabras: "los cielos de los cielos no lo pueden contener" (1 Reyes
8:27), siendo su entendimiento infinito y su poder eterno (Salmos 147:5, Romanos 1:20).
Ni el tiempo, ni el espacio,
contienen al Dios de la Biblia. Mientras los ídolos y dioses de la imaginación
humana (creados por las muchas culturas a lo largo de los tiempos) son finitos,
y están limitados por el espacio y el tiempo, el Dios que inspiró el libro
sagrado es Aquel que "en el principio" "creó los cielos y la
tierra" (Génesis 1:1). Es decir, el universo material, el cual proviene de
un inicio que tuvo lugar en el tiempo (en el principio) el cual comenzó (vino a
la existencia) por el poder creador de Dios, cuya magnitud, como describen las
Escrituras, se percibe al ver los millones de estrellas, de las cuales se nos
dice que "los cielos comunican la gloria de Dios, y el firmamento anuncia
la obra de sus manos" (Salmos 19:1)
Este es solo el punto de inicio
hacia dónde debemos dirigir nuestra mirada, si es que queremos entender, no
meramente de dónde venimos, sino de quién pro-venimos
(a un existir con propósito) y no
sólo hacia dónde vamos, sino también hacia
quién nos dirigimos (en una vida cuyo destino adquiere pleno sentido).
¿Te estás preparando?
He aquí, estas cosas son sólo los
bordes de sus caminos;
¡Y cuán leve es el susurro que
hemos oído de él!
Pero el trueno de su poder,
¿quién lo puede comprender? (Job 26:14)
"Pueblo de Israel, ¡prepárate para
encontrarte con tu Dios en el juicio!».
Pues el Señor es quien formó las
montañas,
agita los vientos y da a conocer sus
pensamientos a la humanidad.
Él convierte la luz del amanecer
en oscuridad
y marcha sobre las alturas de la tierra.
¡El Señor Dios de los Ejércitos Celestiales
es su nombre!" (Amós 4:12-13 -NTV)
Amén.
N.M.G.
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