Un robot diciendo que su creador no existe porque es el producto de la evolución de una aspiradora, es mucho menos irrisorio (ya que sería más plausible), que, que un ser humano sea el resultado de la aleatoriedad haciendo que una ciega célula primitiva se haya convertido en el ser autoconsciente de tremenda complejidad (*) como somos nosotros. Así y todo, una de las creencias más aceptadas en el pensamiento occidental posmoderno, es que los seres humanos no hemos sido creados por Dios de forma especial y directa. Sin embargo, la verdad más básica y fundamental nos llama desde la antigüedad a reconocer esto: "Dios nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos" (Salmos 100:3).
Quien no pueda entender y aceptar esta simple verdad, ¿cómo podría creer todo lo que ella implica? Si todo el testimonio de la Biblia parte de Dios como creador de los cielos y la tierra y todo lo que en ellos hay (Génesis 1), ¿cómo podría un ser humano avanzar en ese entendimiento sin aceptar la premisa más fundamental que parte del Creador?
Pues bien, no hay manera de recibir el mensaje del evangelio si se niega al Creador. No hay posibilidad de entender el testimonio de Cristo en su correcto significado, porque Él mismo señaló a los escritos de Moisés (que comienza con el Génesis) diciendo lo siguiente: "Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él." (Juan 5:46)
Así que, estimado lector, desechemos la mentira del engaño que intenta negar a nuestro Todopoderoso Creador, para no caer en el error (y sus nefastas consecuencias) ya señalado en la introducción de la carta a los romanos escrita por el apóstol Pablo hace 2000 años:
"... toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido.Profesando ser sabios, se hicieron necios,y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén." (Romanos 1:18-25)
¿Has cambiado la verdad de Dios por la mentira, creyendo en el relato falso del evolucionismo que niega al Creador?
Si esa es tu condición, necesito advertirte que la mentira tiene un padre, a quien Jesús mencionó como Satanás, y sus mentiras están destinadas a que no puedas reconocer a Dios, por eso la Biblia declara que nuestra predicación (como cristianos) se basa en "la manifestación de la verdad recomendándonos a toda conciencia humana delante de Dios. Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios." (2 Corintios 4:2-4)
Cegar el entendimiento es algo gravísimo, es peor que sacarte los ojos, o quitarte un miembro, porque impide que comprendas la verdad más trascendente, aquella a la que Cristo Jesús se refirió cuando dijo: "y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres" (Juan 8:32).
Cegar el entendimiento de la gente, a través de la mentira más y mejor divulgada de todos los tiempos, hace que ni siquiera puedas considerar a Dios, el Creador, porque ¡directamente lo suprime de tu entendimiento!
Así que, si estas palabras te inquietan, te insto a que inquieras sobre los argumentos del diseño inteligente, el creacionismo, y las muchas fuentes que podrás hallar en la red, que refutan el evolucionismo y dan cuenta del Creador, como única respuesta posible a las maravillas del universo.
No hay atajos hacia la verdad, necesitas reconocer al Creador antes de comprender Su creación bajo sus propios términos, y esos términos nos han sido revelados en las Sagradas Escrituras.
N.M.G.
(*) ACERCA DE LA TREMENDA COMPLEJIDAD DEL SER HUMANO. Sólo el ojo basta para demostrar lo inmensamente complejo que es, tan solo uno de los órganos de nuestro cuerpo.
El
ojo humano puede distinguir de 7 a 10 millones de colores diferentes, mientras
detecta los detalles más pequeños de las gradaciones de la luz y se adapta a la
oscuridad cuando pasa a la visión nocturna.
Con
una resolución de 576 megapíxeles, todavía supera a la gran mayoría de las
cámaras digitales, mientras parpadea hasta 20 veces por minuto para mantener la
humedad y la limpieza de su lente, pestañeando a una velocidad de 150
milisegundos.
La
extraordinaria colocación del ojo le permite tener visión binocular, mientras
distingue distancias con singular precisión.
Increíblemente,
la córnea no tiene vasos sanguíneos como el resto del cuerpo, sino que obtiene
sus nutrientes de las lágrimas, mientras mantiene la transparencia, al tiempo
de protegerse contra las infecciones.
Pero
el dato más extraordinario es que cada ojo tiene un ‘punto-ciego’ donde el
nervio óptico se conecta de la retina y que el cerebro compensa para llenar el
vacío, de manera que no lo notemos.
“El
oído que oye y el ojo que ve, ambas cosas las hizo el Señor” (Proverbios 20:12)
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