Cuando leas sobre new age, budismo, filosofía oriental, filosofía ancestral, religiosidad y toda clase de pensamientos positivos modernos, vas a encontrar un denominador común a todos ellos: "lo debes lograr tu mismo", "haz esto y tendrás éxito" o "piensa de esta manera y serás feliz."
Por eso el evangelio de Jesús es tan indiscutiblemente distinto, porque nos anuncia lo que ya Alguien hizo por nosotros para que gratuitamente podamos ser acreedores de un regalo inmerecido.
Aquellos son ideas y pesamientos acerca de como "deber ser", en cambio el testimonio acerca de Jesucristo es un hecho concreto y concluído para que puedas depositar tu fe en él. Por eso está escrito que el Evangelio "es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree" (Ro. 1:16).
La salvación es un regalo para todo aquel que la deseé. (Efesios 2:7-9). Por eso es por gracia, porque es un regalo de Dios en donde el orgullo humano no halla cabida, y tal vez por eso cuesta tanto reconocer la necesidad que nuestra alma tiene de ser rescatada por el gran amor de Dios que fue menifestado y consumado en Cristo.
Paz y gracia a los que reciben nuestro testimonio.
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