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Mostrando entradas de octubre, 2024

Sin lugar para tibios

Revisando algunos viejos archivos en mi computadora me encontré con este texto que ya no recuerdo de dónde lo transcribí, pero que, vale la pena publicar.  "Pasando por Anfípolis y Apolonia, llegaron a Tesalónica, donde había una sinagoga de los judíos.   Y Pablo, como acostumbraba, fue a ellos, y por tres días de reposo discutió con ellos,   declarando y exponiendo por medio de las Escrituras, que era necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, a quien yo os anuncio, decía él, es el Cristo.   Y algunos de ellos creyeron, y se juntaron con Pablo y con Silas; y de los griegos piadosos gran número, y mujeres nobles no pocas.   Entonces los judíos que no creían, teniendo celos, tomaron consigo a algunos ociosos, hombres malos, y juntando una turba, alborotaron la ciudad; y asaltando la casa de Jasón, procuraban sacarlos al pueblo.   Pero no hallándolos, trajeron a Jasón y a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trasto

Las entrañas de nuestro ser, un alma desnuda

  »No hay nada más engañoso que el corazón; no tiene remedio. ¿Quién lo entiende? Yo, el SEÑOR, que examino los pensamientos y escudriño las intenciones del corazón; para darle su merecido a cada uno, la cosecha de las acciones que sembró» . (Jeremías 17:9-10) “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (Gálatas 6:8) Escribo por la necesidad de compartir algo de suprema importancia. Nada importa más para cada uno de nosotros que su propia alma. Vos y yo somos más que seres vivos. Somos seres con una conciencia y un sentido del destino. Pero además estamos en un mundo de relaciones, de ambiciones y luchas, de logros y problemas, justicia e injusticias, bondad y pecado, salud y   enfermedad, religión y muerte.     El trabajo de salir de nuestra inercia intelectual y apatía espiritual es difícil, muy difícil. Y te lo voy a explicar un poco con palabras prestadas. Escuchá lo que escribió u

¿Normal o Nominal?

  Lectura Seleccionada: El Cristiano normal adora a Dios ¿Qué tipo de cristiano debería ser considerado un cristiano normal? Esa pregunta merece más atención y debate del que usualmente se le dedica. Algunas personas aseveran ser cristianos normales cuando en realidad lo que quieren decir es cristianos nominales. Mi viejo diccionario provee la siguiente definición como una de las acepciones de la palabra nominal: Que existe sólo en nombre; algo que no es real o verdadero; ... Tomando en cuenta esa definición, aquellos que saben que son cristianos sólo de nombre, jamás deberían pretender ser cristianos “normales”. ¿Es el Señor Jesucristo su tesoro más precioso en este mundo? Si su respuesta es afirmativa, usted se puede contar entre los cristianos normales. ¿La belleza moral que sólo se encuentra presente en Jesús lo lleva constantemente a adorar y alabar al Señor? Si su respuesta es positiva, usted realmente forma parte de aquellos que la palabra de Dios identifica como cristiano

El insulto de la moral y el llanto de un niño

 Lecturas seleccionadas.  “La moral insulta al hombre porque ignora lo que es más elevado en él, lo que lo diferencia de los animales en última instancia: su relación con Dios. Trata con el hombre sólo en el plano más bajo y se olvida de que fue hecho para Dios. En el mejor y más notable de los casos, pone límites a sus logros y a las posibilidades de su naturaleza. Puede que ayude a hacer del hombre un animal racional y noble, pero no tiene en cuenta la gloriosa posibilidad de que el hombre se haga hijo de Dios. Por el contrario, es terrenal y temporal; ignora por completo la altura de las montañas y la visión de la eternidad, y por eso fracasa. Veamos una sencilla ilustración: un niño está lejos de casa, quizás pasando algún tiempo con algunos parientes. Extraña su casa y a su madre, y empieza a llorar. Sus amigos hacen todo lo posible por ayudarlo. Sacan juguetes, sugieren juegos, y le ofrecen golosinas, chocolate y todo lo que saben que le gusta, pero no sirve de nada. Ni los muñec