"Entonces, si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo, o mirad, allí está, no lo creáis.
Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos.
Ya os lo he dicho antes." (Mateo 24:23-25)
Si buscamos literatura antigua que hable sobre el futuro de la humanidad no la hallaremos fuera de la Biblia, o al menos no conozco a nadie que haya divulgado algún contenido serio del pasado al cual podamos prestar atención. Sin embargo ya han pasado dos mil años desde que las palabras de Jesucristo acerca de los días cercanos al fin del mundo fueron registradas y ni un acento ni una coma de sus proféticas afirmaciones han perdido su significado y valor.
Escribo esto en un día en el que cientos de millones de personas a lo largo y ancho del mundo están atentos a lo que ocurre en un mundial de fútbol al mismo tiempo que tomo conocimiento de las 30 personas que perecieron en un barco que transportaba inmigrantes ilegales desde África hacia Italia.
"Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin. Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores."
(Mateo 24:6-8)
La noticia informa que "La mayoría son refugiados que buscan protección frente a conflictos armados. Sobre todo, son somalíes y sirios que huyen de la guerra en sus naciones." Fuente: http://www.lanueva.com/el-mundo-impresa/767191/una-nueva-tragedia-de-la-inmigracion-sacude-a-italia.html
Muchos pueden leer esto y pensar que siempre ha habido guerras y pestes y hambrunas y terremotos, que eso no es nada nuevo, y que siempre ha sido así. No obstante más allá de las respuestas puntuales a esa objeción, lo cierto es que hay al menos dos datos más que le dan el contexto a ese pasaje completando la visión, a saber, el de la predicación de un falso cristianismo y el de una sociedad ocupada en comer y beber y seguir su vida con normalidad. Veamos:
"Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?
Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe.
Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo (el Ungido); y a muchos engañarán." (Mateo 24:3-5)
"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.
Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.
Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre." (Mateo 24:35-39)
Un detalle que me ha llamado la atención es el hecho de que el Señor nos dice que "oiremos" no que tendremos, y es notable que lo que oímos sobre guerras y rumores de guerras, hambres y pestes, lo vemos ocurrir en los países mayormente islámicos mientras en el occidente poscristiano comemos y bebemos sin padecer tales desgracias.
Las palabras del Señor son inmutables: "el cielo y la tierra pasarán" nos dijo, pero sus palabras han permanecido para cumplirse y para seguirse cumpliendo, y más aun, nos hablan de una realidad mundial no sólo con una anticipación de casi dos milenios, sino lo que es igualmente maravilloso, con un poder de síntesis y comprensión que jamás la mente humana podría haber siquiera intentado elucubrar con algún éxito.
Esto es meramente un acercamiento al basto mundo de la profecía que hallamos en el Libro de las Sagradas Escrituras, es decir, la Biblia.
Por eso también está escrito: "Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones" (2 Pedro 1:19)
Mi deseo es que podamos prestar atención a lo que Dios nos ha dicho por medio de su Libro para que recibamos el consejo de su Hijo:
" Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre." (Lucas 21:34-36)
Amén.
N.M.G.
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