"Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad. En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo; sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida juntamente con él, perdonándoos todos los pecados, anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz." (Colosenses 2:8-15)
Detenernos a observar la vida de Jesús, el hombre, Jesús, el sencillo campesino sin recursos que dividió los siglos, Jesús, el hombre que supo caminar sobre las circunstancias, Jesús, el Señor que se despojó a sí mismo y se hizo semejante al más humilde de nosotros. Es un bálsamo que nos consuela y acompaña cuando enfrentamos el desaliento, la indiferencia, el cansancio, las carencias y necesidades, los temores y pruebas, las injusticias y el desprecio, la contradicción o la burla, porque Él venció todas esas cosas y aun más.
Algunas de las personas y circunstancias con que tuvo que tratar el Señor Jesús:
1) La secta religiosa más recalcitrante, cerrada e hipócrita que uno pueda enfrentar.
2) Incrédulos y burladores.
3) Moralistas intransigentes.
4) Discípulos que se arrepintieron de seguirle.
5) Gobernantes corruptos.
6) Acusadores mentirosos.
7) Un jurado injusto.
8) Ejecutores crueles.
9) Amigos desertores.
10) Un amigo que lo negó públicamente.
11) Gente avara y vanagloriosa.
12) Seguidores de la reputación y la tradición antes que de Dios.
13) Un traidor que lo vendió a cambio de dinero.
14) Leprosos sanados que no regresaron a agradecerle.
15) El asesinato de un pariente a manos del poder político.
16) Enemigos que observaron su crucifixión y lo provocaron mientras agonizaba.
Y sin embargo, Él triunfó sobre todos, porque venció el mal con el bien, la muerte con su vida, mostrando Dios, públicamente, ante la Historia de la Humanidad que él es su Hijo, el Justo, Aquel que vino a dar su vida por nosotros, aquellos que podríamos haber sido hallados en cualquiera de esos grupos de personas arriba descriptos.
Buscar a Jesús, es el único camino para hallar la verdad.
Hallarlo es el único lugar en el que poder hacer descansar nuestra alma.
Amarlo, la única manera de conservar el gozo imborrable en esta vida que se dirige a la eternidad.
Alabarlo, la única manera de llenar el alma de alegría y de paz.
Adoración y gratitud, la única forma de responder a su Deidad.
"Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos.
La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él." (Colosenses 3:15-17)
Amén.
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