Ir al contenido principal

¿Qué es el Evangelio de Jesucristo?

"¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido." (Isaías 8:20)



"Porque o sea yo o sean ellos, así predicamos, y así habéis creído.
Pero si se predica de Cristo que resucitó de los muertos, ¿cómo dicen algunos entre vosotros que no hay resurrección de muertos?

Porque si no hay resurrección de muertos, tampoco Cristo resucitó.
Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.
Y somos hallados falsos testigos de Dios; porque hemos testificado de Dios que él resucitó a Cristo, al cual no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan." (1 Corintios 15:11-15)

Qué es el evangelio, es la primera pregunta, antes que pasemos a ver cuál es su contenido. 

El evangelio es ante todo un mensaje, un mensaje que ha sido testificado desde el principio por medio del anuncio de las Escrituras y el testimonio de los testigos. Así, el evangelio se basa en un hecho histórico, en el que una persona es el centro y fundamento del mensaje. 

Podemos entonces decir también lo que no es el evangelio. No es una nueva religión, o una corriente de pensamiento, ni una filosofía o un código moral.

Un hecho histórico testificado. Un hombre real menifestado públicamente en relación a las profecías. Así entonces tenemos al Evangelio de Jesucristo. 

"Pero habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy, dando testimonio a pequeños y a grandes, no diciendo nada fuera de las cosas que los profetas y Moisés dijeron que habían de suceder:
Que el Cristo había de padecer, y ser el primero de la resurrección de los muertos, para anunciar luz al pueblo y a los gentiles." (Hechos 26:22-23)


¿Y cuál es entonces el contenido de ese mensaje? 

Que Jesucristo murió por nuestros pecados, para que recibamos el favor inmerecido de la gracia de la salvación. Resucitando para nuestra esperanza de vida más allá de la muerte. Siendo el autor y consumador de la fe, un Redentor en quien no sólo creemos de acuerdo al testimonio, sino una Persona en la que confiamos cada día, porque sabemos que Dios está en Él y Él en Dios, y que todas las cosas fueron creadas por él y para él. 

Así entonces, sabemos qué es el evangelio y cuál es su contenido. 

Ahora consideremos su resultado:

La ley del pecado y de la muerte quedaron abolidos por medio de la cruz de Cristo (ver Romanos 8:2; Colosenses 2:13-15. El amor de Dios nos rescató de nuestra impotente naturaleza carnal y nos dio un nuevo espíritu, el Espíritu de vida y de verdad, por medio del cual pasamos de muerte a vida, de las tinieblas a su luz, de la enemistad a la adoración, de la vergüenza a la gloria, de bastardos a hijos. 

Ahora consideremos la oposición entorno a su anuncio:

El apóstol Pablo nos dice que la obra del enemigo es cegar el entendimiento de los incrédulos para que "no les resplandezca el evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios" (2 Cor. 4:4). 

Ahora consideremos cuál es la gloria de Cristo y su Evangelio:

Podríamos resumirlo en las palabras del apóstol en Romanos 8:39 "ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro". 
Lo cual es un eco de las palabras del Señor cuando declara: "Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.(...) Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos". (Juan 10:11; 27-30)

¿Podes ver esa seguridad?

 Nada ni nadie nos podrá separar de Cristo. Quienes están en Él son suyos, porque han sido ganados por Él, por los méritos de su sangre, por eso la Escritura nos dice que hemos sido comprados con su sangre. Esto significa que Él es nuestro dueño, y que hagamos lo que hagamos nuestro destino está en sus manos. Por eso también el apóstol Pablo declara que "nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador". (Tito 3:5-6)

Todo lo que vivimos como hijos de Dios, verdaderos cristianos, y discípulos del Señor, lo vivimos en la salvación. No para lograr la salvación, sino desde la salvación obrada por la cruz del Señor. 
Mantenernos en la fe, permanecer en Cristo, perseverar, es un acto de confianza y obediencia, un conservar lo que nos ha sido dado. Y esto es la salvación. "Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo." (1 Juan 5:11)

Luego, la relación que tengamos con Él es responsabilidad nuestra, porque Él va a pagar a cada uno de sus hijos según lo que haya hecho, cada uno, "sea bueno o sea malo" (2 Cor. 5:10). Pero eso no es un tema de salvación sino de premiación, de galardones y reprensiones, en el día que se nos dice que "todos compareceremos ante el trono de Cristo". 

Aquí entonces hace su aparición "el evangelio del reino", donde el Señor es el Rey, y en el que cada uno tendrá un lugar, de acuerdo a lo que el Señor juzgue en relación a sus obras de fe en esta vida. Esto puede comprobarse en las enseñanzas del Señor en relación a los siervos que recibieron talentos, y otros pasajes que consideraremos próximamente. 

Dios los bendiga. 

N.M.G.

Comentarios

Entradas populares de este blog

INVITACIÓN EXTRAORDINARIA

    La mayoría de la filosofía y psicología de nuestro mundo, ofrece mejoras para tu vida. Pensamientos más elevados y una vida de virtud es posible, aun sin tener en cuenta a Dios en sí. Si sos una persona que busca ser, vivir y estar mejor, podes llegar bastante lejos con una buena moral y suficiente autodisciplina. Incluso, si sos una persona con un sano sentido de la trascendencia, podes tener una vida bastante completa, si además reconoces que hay un Dios que es la fuente de toda razón y justicia.  Hasta acá estamos dentro de lo ordinario. ¿Dónde estaría lo extraordinario entonces? ¿Para qué sería necesario hablarte del evangelio de Cristo si podés arreglártelas solo/a? Todos creemos que vamos bien, en la medida que logramos lo que deseamos. Por eso la felicidad está tan ligada al éxito material. Pero alguien dijo una vez, que un hombre que se tiró del piso número 100 de un edificio, cuando ya iba por el piso 50 aún decía, “hasta acá voy bien” . Sabemos que la muer...

Las entrañas de nuestro ser, un alma desnuda

  »No hay nada más engañoso que el corazón; no tiene remedio. ¿Quién lo entiende? Yo, el SEÑOR, que examino los pensamientos y escudriño las intenciones del corazón; para darle su merecido a cada uno, la cosecha de las acciones que sembró» . (Jeremías 17:9-10) “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (Gálatas 6:8) Escribo por la necesidad de compartir algo de suprema importancia. Nada importa más para cada uno de nosotros que su propia alma. Vos y yo somos más que seres vivos. Somos seres con una conciencia y un sentido del destino. Pero además estamos en un mundo de relaciones, de ambiciones y luchas, de logros y problemas, justicia e injusticias, bondad y pecado, salud y   enfermedad, religión y muerte.     El trabajo de salir de nuestra inercia intelectual y apatía espiritual es difícil, muy difícil. Y te lo voy a explicar un poco con palabras prestadas. Escuch...

Gozo Inefable, Ferviente y Glorioso

"Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos,   para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,   que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.   En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,   para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo,   a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;   obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas." (1...