Podríamos decir que la religión falsa (aquella que no es una secta destructiva, sino un verdadero sistema de buena moral y creencias) es la que el hombre le ofrece al hombre para que éste pueda vivir libremente sin necesidad de pensar cada día en el verdadero consejo y voluntad de Dios según Dios, bajo la condición de que en ciertos días y fechas cumpla con los mandatos que la religión impone (ritos, tradiciones, asistencias, etc.). De allí que el Maestro de la verdad dijera:
"Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo:
8 Este pueblo de labios me honra;
Mas su corazón está lejos de mí.
9 Pues en vano me honran,
Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. m
10 Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended:
11 No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre.
12 Entonces acercándose sus discípulos, le dijeron: ¿Sabes que los fariseos se ofendieron cuando oyeron esta palabra?
13 Pero respondiendo él, dijo: Toda planta que no plantó mi Padre celestial, será desarraigada.
14 Dejadlos; son ciegos guías de ciegos; y si el ciego guiare al ciego, ambos caerán en el hoyo." (Mateo 15:7-14)
Por eso, todo aquel que no quiera ser un seguidor de los ciegos maestros de la religión vana, debe procurar conocer lo que Jesús enseñó, entonces les serán abiertos los ojos por el Padre, para que sean plantados en la verdad del Hijo de Dios.
¿Es verdadero entonces el mandamiento religioso de quienes mandan abstenerse de alimentos en la llamada "cuaresma"? Prestemos atención a las palabras del Señor para que el Padre nos abra el entendimiento:
"Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre."
Y ahora escuchemos lo que enseñó el apóstol Pablo:
"De todo lo que se vende en la carnicería, comed, sin preguntar nada por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud. (...) Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios." (1 Corintios 10:25-26; 31)
El que camina cada día en el consejo del Señor, hace todas las cosas para la gloria de Dios, porque es espiritual, y de este dice la Escritura que "nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo." (1 Corintios 2:12-16)
Para tener la mente de Cristo no sólo hay que conocer sus Palabras, también hay que creerlas para que el Espíritu nos las revele, de manera que "ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo" (Efesios 4:14-15)
Y finalmente, para los que recibimos la Palabra de Dios por medio de la Escritura, su Palabra nos dice con rotunda claridad, en lo que también constituye una denuncia de los falsos cristianos, que:
Y finalmente, para los que recibimos la Palabra de Dios por medio de la Escritura, su Palabra nos dice con rotunda claridad, en lo que también constituye una denuncia de los falsos cristianos, que:
"...el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad.
Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado." (1 Timoteo 4:1-5)
Dios te bendiga.
N.M.G.
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