"Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?" (Salmo 42:1-2) Como en otras oportunidades, deseo compartir unos pasajes seleccionados de la lectura de un nuevo libro cristiano que estoy leyendo. La intención es acercales un material de edificación y aliento para sus almas en la vida de fe. Los siguientes párrafos hablan sobre la condición necesaria para un verdadero discipulado, es decir, para tener una vida en la que el seguir a Jesús, caminar con Él y aprender de Él, sea parte de una experiencia real y vital, fundamental y extraordinaria en nuestra vida, superando meras apariencias, prácticas religiosas y buenas obras. Los animo a leer y reflexionar para seguir buscando la vida abundante, en el Espíritu y la verdad del Señor, en donde la esperanza de los verdaderos discípulos se gozará...
La amistad con Jesucristo... "Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces... hallarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da la sabiduría, Y de su boca viene el conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría a los rectos;... Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia..."