Ir al contenido principal

Cuando la muerte llama

MEJOR ES MORIR CON ESPERANZA QUE VIVIR 1000 AÑOS SIN ELLA.



C.S.Lewis fue quien dijo que el dolor es el megáfono de Dios. Así también considerar una sola muerte no nos llama tanto la atención como ver ocurrir 100, 1.000 o 10.000 muertes a la vez. Sin embargo, a lo largo de un año mueren decenas de miles de personas en un país cualquiera. Entonces, más allá de lo que provocó la muerte de muchas personas, lo que resuena es la muerte misma que, ahora no nos llega aisalda, sino como una gran voz llamando a hombres y mujeres:


"¡ALTO! Considerá la vida, considerá qué sucederá cuando mueras".


Y la Escritura declara: 

"En tiempo aceptable te he oído,   Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación." (2 Corintios 6:2). 

"Este Jesús es la piedra reprobada por vosotros los edificadores, la cual ha venido a ser cabeza del ángulo. Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos." (Hechos 4:11-12)
"Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús." (Romanos 3:21-26)


Tarde o temprano todos pereceremos igualmente, y sólo hay un mensaje de esperanza, una buena noticia atravesando los siglos, una segura ancla del alma para asegurar nuestro destino en las manos del Creador.

Es tan doloroso ver morir a una persona en un accidente vial como oír de cien muertos en un terremoto. Lo único que hace una diferencia sustancial es la respuesta a la pregunta ¿qué habrá pasado con esas almas? Y el peso e importancia de esta pregunta radica en que la muerte pone fin a toda posibilidad de prepararnos, de buscar respuestas, de hallar la esperanza, la salvación que Dios prometió.

Algunos cuestionarán diciendo que es difícil hallar la respuesta, que no hay una verdad al respecto, pero, ¿es aceptable esa postura? Para nada, ya que la humanidad ha sido testigo de un hecho que aparece en todos los libros de Historia del mundo: el antes y después de Cristo. Por eso, Él es quien dijo "Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas". "Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, no morirá eternamente". "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie viene al Padre sino por mí", entre otras cosas igual de trascendentes.

Por eso, la mayor pregunta que podes hacerte hoy es:

¿Voy a creerle al Hombre que dividió la Historia para siempre, o voy a desechar sus palabras, y confiar en las opinones de fulanos y menganos que apenas tienen unas líneas en los pasajeros titulares modernos? 

Jesucristo, y los profetas junto al testimonio de los apóstoles, tiene una respuesta clara, firme, directa, cierta y bienaventurada, para todos aquellos que prestan atención al mensaje del Evangelio. 

No dejes a tu alma sin una respuesta, la vida es pasajera, la eternidad, no.
Dios te bendiga.
N.M.G.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Las entrañas de nuestro ser, un alma desnuda

  »No hay nada más engañoso que el corazón; no tiene remedio. ¿Quién lo entiende? Yo, el SEÑOR, que examino los pensamientos y escudriño las intenciones del corazón; para darle su merecido a cada uno, la cosecha de las acciones que sembró» . (Jeremías 17:9-10) “Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.” (Gálatas 6:8) Escribo por la necesidad de compartir algo de suprema importancia. Nada importa más para cada uno de nosotros que su propia alma. Vos y yo somos más que seres vivos. Somos seres con una conciencia y un sentido del destino. Pero además estamos en un mundo de relaciones, de ambiciones y luchas, de logros y problemas, justicia e injusticias, bondad y pecado, salud y   enfermedad, religión y muerte.     El trabajo de salir de nuestra inercia intelectual y apatía espiritual es difícil, muy difícil. Y te lo voy a explicar un poco con palabras prestadas. Escuch...

Lecturas Escogidas: cristianismo auténtico

  Los cristianos, aquellos más allá del nombre, aceptan la suprema y única importancia de Jesús en el propósito de la vida humana, tanto de la vida social como de la persona individual.... Creen que sin Él nada en la vida, ni en los asuntos humanos, tiene algún sentido; sin Él no hay valores permanentes. Para ellos, la cronología común de a.C. (antes de Cristo) y d.C. (después de Cristo); expresa una verdad: la vida de Jesús es el episodio central en la historia de la humanidad según el cual toda la historia debe ser evaluada y juzgada. La verdad del cristianismo no es una doctrina, es una persona. La realidad de Jesucristo es la piedra fundamental de toda la esperanza cristiana. Romano Guardini ha escrito textos reveladores sobre la importancia central de Jesús en la vida, la creencia y el comportamiento cristianos.              “¿Qué es lo más seguro, tan seguro que pueda vivirse y morir por ello; tan seguro que todo pue...

La angustia secreta del hombre moderno

    angustia 1. Aflicción, congoja, ansiedad. 2. Temor opresivo sin causa precisa.    “… tuve envidia de los arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. Porque no tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero.” (Salmos 73:3-5)   El evangelio en medio de una sociedad que vive pendiente de las apariencias, no encuentra grietas donde filtrar su mensaje divino. La pretensión de independiente autosuficiencia que han abrazado los hombres y mujeres de la era post-industrial, los ha envuelto en una ficción de invulnerabilidad, en la que el humillarse de corazón y reconocer su necesidad de Dios, es una idea intrusa que pronto convertirá en un enemigo a cualquier religioso de turno que ose entrometerse en la sagrada libertad de su búsqueda de autorealización.   Recuerdo un dicho que dice, “no ves el río de lágrimas, porque le falta una lágrima tuya”. Se ha hablado mucho de la resiliencia de las personas, creo que la mayor resil...