Unas cuantas décadas atrás el lema fue "Paz y Amor", y toda una generación de pacifistas pedía el fin de la guerra de Vietnam... Hoy uno de los reclamos en occidente reza "Ni una/o menos", cientos de miles denuncian la violencia machista, la violencia contra los no natos, la violencia contra maestros y entre alumnos (bullying), la violencia en el fútbol, la violencia doméstica... en fin, vivimos rodeados de violencia, una violencia que, ni el discurso de "Paz y Amor" ni el reclamo "pancartista", pueden resolver.
¿Y por qué sigue creciendo el problema de la injusticia y la violencia?
La razón radica en que quienes rechazan a Dios, no importa qué lema, ideología o religión abracen, van a terminar cosechando los frutos de una mente reprobada. Por eso, la clara explicación bíblica sobre el origen de los problemas sociales que vemos acrecentarse, es incuestionable. Así, en la carta del apóstol Pablo a los romanos, en su primer capítulo dice lo siguiente sobre la gente en general:
"Ellos conocen la verdad acerca de Dios, porque él se la ha hecho evidente. Pues, desde la creación del mundo, todos han visto los cielos y la tierra. Por medio de todo lo que Dios hizo, ellos pueden ver a simple vista las cualidades invisibles de Dios: su poder eterno y su naturaleza divina. Así que no tienen ninguna excusa para no conocer a Dios.
Es cierto, ellos conocieron a Dios pero no quisieron adorarlo como Dios ni darle gracias. En cambio, comenzaron a inventar ideas necias sobre Dios. Como resultado, la mente les quedó en oscuridad y confusión. Afirmaban ser sabios pero se convirtieron en completos necios. Y, en lugar de adorar al Dios inmortal y glorioso, rindieron culto a ídolos que ellos mismos se hicieron con forma de simples mortales, de aves, de animales de cuatro patas y de reptiles.
Entonces Dios los abandonó para que hicieran todas las cosas vergonzosas que deseaban en su corazón. Como resultado, usaron sus cuerpos para hacerse cosas viles y degradantes entre sí. Cambiaron la verdad acerca de Dios por una mentira. Y así rindieron culto y sirvieron a las cosas que Dios creó pero no al Creador mismo, ¡quien es digno de eterna alabanza! Amén. Por esa razón, Dios los abandonó a sus pasiones vergonzosas. ... Por pensar que era una tontería reconocer a Dios, él los abandonó a sus tontos razonamientos y dejó que hicieran cosas que jamás deberían hacerse. Se llenaron de toda clase de perversiones, pecados, avaricia, odio, envidia, homicidios, peleas, engaños, conductas maliciosas y chismes. Son traidores, insolentes, arrogantes, fanfarrones y gente que odia a Dios. Inventan nuevas formas de pecar y desobedecen a sus padres. No quieren entrar en razón, no cumplen lo que prometen, son crueles y no tienen compasión." (Romanos 1:19-26; 28-31 NTV)
Así que, en cuanto a quienes deseen encontrar la paz que Dios da para librarnos de la violencia y maldad de este mundo, la cual habita en nuestros propios corazones por naturaleza, el mensaje que divide al mundo en dos grupos claramente antagónicos e irreconciliables, es el de paz o enemistad con el Dios de Jesucristo.
Y así está escrito que Dios: "no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. »No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios. Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas.Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto, pero los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que están haciendo lo que Dios quiere." (Juan 3:17-21 NTV)
Y así está escrito que Dios: "no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. »No hay condenación para todo el que cree en él, pero todo el que no cree en él ya ha sido condenado por no haber creído en el único Hijo de Dios. Esta condenación se basa en el siguiente hecho: la luz de Dios llegó al mundo, pero la gente amó más la oscuridad que la luz, porque sus acciones eran malvadas.Todos los que hacen el mal odian la luz y se niegan a acercarse a ella porque temen que sus pecados queden al descubierto, pero los que hacen lo correcto se acercan a la luz, para que otros puedan ver que están haciendo lo que Dios quiere." (Juan 3:17-21 NTV)
¿Y qué es lo que Dios quiere del ser humano?
Que venga al conocimiento de la verdad acerca de Jesucristo y su evangelio, de modo que pueda ser salvo (ver entre otros: Juan 6:39-40; Ro. 3:21-26; 1 Tim. 2:3-6).
¿Hay alguna otra esperanza para el hombre o la mujer? ¿Algún otro que anuncie este mensaje de perdón de pecados y salvación por gracia? ¿Algún otro grande de la Historia del que se dé un testimonio semejante? ¿Alguien que pueda aspirar a llenar las demandas de un mensaje tal?
"Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna." (Juan 3:16)
"Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos." (Hechos 4:12)
Dios ha amado de una manera palpable, audible, notable, cercana, de modo que quienes fueron sus testigos alumbraron el mundo con el mensaje de aquella Luz que vino a dar testimonio de la verdad y habitó con ellos (Juan 18:37; Juan 1:14-18).
El problema FUNDAMENTAL entonces, no es la violencia, no es la corrupción política y moral que sufren las sociedades, no son los otros... el problema fundamental es el que cada uno de nosotros debe decidir enfrentar ante el testimonio de Dios, porque en esa relación, en esa respuesta, en esa elección, cada uno de nosotros expone a su propia alma a las consecuencias de las cuales Jesús mismo enseñó y advirtió. Es pues necesario el arrepentimiento que nos lleva a reconocer esta realidad y humillarnos frente a la verdad de nuestra enemistad con el Dios que se revela en el testimonio de los profetas que anunciaron anticipadamente la llegada de Jesús, el Mesías, a este mundo, y el testimonio de sus apóstoles, que fueron testigos directos de su cumplimiento y entendidos de las profundas implicancias de su obra.
Por esta razón, quienes hemos recibido este testimonio, y amamos la verdad, anunciamos estas cosas que, aunque el mundo mire para cualquier otra parte, algunos de ustedes aún tienen la posibilidad de abrazar, porque Dios está al alcance de todo aquel que oye con fe las palabras de Jesucristo, el Señor y Salvador de la humanidad, cuyo evangelio es "poder de Dios para salvación a todo aquel que cree" (Ro. 1:16)
Y escrito está: "Dios se opone a los orgullosos pero da gracia a los humildes".
Dios bendice a todo aquel que está dispuesto a enfrentar la verdad de Cristo y entregarse a ella.
Mi oración es que así proceda todo aquel que haya llegado hasta aquí en la presente lectura.
La reconciliación con Dios se ofrece a todo ser humano. ¿La has recibido?
Mi oración es que así proceda todo aquel que haya llegado hasta aquí en la presente lectura.
La reconciliación con Dios se ofrece a todo ser humano. ¿La has recibido?
N.M.G.
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