EL G.O.A.T.* de todos los
"goats"
* Las siglas en inglés para el
Mejor de Todos los Tiempos
Pasa el tiempo, y en el mundo de
los deportes todos están expectantes, viendo si las nuevas superestrellas pueden
superar a las leyendas del pasado. En un deporte como el basketball, por
ejemplo, que no llega ni a un siglo de profesionalismo, los fanáticos se jactan
de que no hay otro como fulano, o mengano, lo mismo pasa en el fútbol, el
automovilismo, el tenis, etc.
Ahora, piensa, han pasado 20
siglos, y sólo UN Hombre ha sido capaz de presentar suficientes credenciales
para que el registro histórico de la Humanidad lo considere como el unigénito
Hijo de Dios, el Salvador del mundo.
En el terreno de la verdad, la
justicia y el bien, no hay otro nombre más alto que el de Jesús, el único
verdadero Mesías, el único que venció a la muerte, y no sólo a la muerte, sino
a la mismísima condena que enfrenta todo pecador.
"Debido a que los hijos de
Dios son seres humanos—hechos de carne y sangre—el Hijo también se hizo de
carne y sangre. Pues solo como ser humano podía morir y solo mediante la muerte
podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte.
Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían
esclavizados por temor a la muerte." (Hebreos 2:14-15)
"... no os hemos dado a
conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas
artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad"
(2 Pedro 1:16)
“Porque no nos ha dado Dios
espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no
te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni de mí, preso suyo, sino
participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos
salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según
el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los
tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de
nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la
inmortalidad por el evangelio, del cual
yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los gentiles. Por lo cual
asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y
estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.” (2
Timoteo 1:7-12)
La verdadera gloria es solo de Dios.
N.M.G.
Comentarios
Publicar un comentario