En mayo de 2012 comencé este blog llamado “Un
amigo de Jesús”: https://unamigodejesus.blogspot.com/
El motivo fue llevar a las personas a un conocimiento de Jesús según la Biblia,
rescatando la verdad de las Escrituras de las opiniones y tergiversaciones populares.
En unos meses se cumplirán 12
años en los que he estado compartiendo mensajes sobre el significado del evangelio, la
identidad de Jesús, la justicia de Dios, el pecado, la iglesia, la Biblia, la gracia, el ministerio
de la Palabra, la importancia de la predicación, los falsos maestros, entre
otras cosas. Hasta el momento en que estoy escribiendo esto, fueron 266 entregas
del blog, publicadas en la red, compartidas en Facebook, algunas de las cuales también
fui enviando a algunos pocos de mis contactos personales por whatsapp.
Se cumplen 12 años en los cuales,
año tras año, he estado publicando a través del blog, al margen de la actividad
dentro de la iglesia en la que soy miembro hace más de 20 años, y en la que
comparto la predicación desde hace unos 18 años, muchas de las cuales se pueden
oír en el canal de Youtube: https://www.youtube.com/@iglesiabahiablanca777
creado por Sebastián Mercado (miembro de la congregación), quien asimismo fue quien
tuvo la iniciativa de filmar los mensajes y alabanzas y subir el contenido. Ya
hace un tiempo que el canal no se encuentra activo, porque desde el 2020
comenzamos a transmitir por medio de la página Salvavidas a través de Facebook:
https://www.facebook.com/salvavidasweb
Por escrito en el blog, verbalmente en una congregación, entre algunas otras actividades afines, el único fin fue servir a Jesucristo. Actividades como el programa de radio (La Respuesta Bíblica) que una vez a la semana mantuvimos al aire durante dos años con Ángel Gabriel Barragán (ministro de Jesucristo que trajo el evangelio a mi vida, y con quien comparto este Camino y el servicio a los santos desde entonces, hace unos 22 años), la publicación de un ejemplar de revista cristiana que realizamos por única vez, y que fue diseñado y editado por Gustavo Lolo Vleminchx, (otro incondicional compañero de milicia con quien compartimos la fe y el ministerio desde el principio), o la grabación de alabanzas (tocando la guitarra) en las que Gabriel (autor de la mayoría de ellas) tuvo la colaboración especial de su mano derecha, Sebastián Acosta (*), para cristalizar muchas de aquellas primeras alabanzas, a las cuales con los años se han ido sumando una buena cantidad de nuevas composiciones. Todo ello es parte de las cosas que sin jamás lucrar, hemos dedicado a Jesucristo, razón y motivo de nuestro obrar.
(*) Seba es un discípulo y ministro de Cristo, prolífico compositor de alabanzas con quien desde
el comienzo de nuestra conversión, hemos crecido juntos en la fe, llegando
a ser esposos y padres de familia, cumpliendo así con los requisitos para
el obispado dentro de la iglesia, conforme lo establecido por el
apóstol del Señor en la Escritura (ver 1 Timoteo 4).
Estoy escribiendo esto a fin de
dar forma al cierre de un ciclo, porque detrás de un monitor, uno genera
mensajes que, tratándose de contenido bíblico, no tienen divulgación (¡jamás se viralizarían!), y pueden
quedar en algún rincón del universo virtual sin ser leídos. Así que, no es mi
deseo enviar palabras al viento. Quiero llevar el evangelio de Jesucristo a
personas concretas, almas sedientas del Dios verdadero. Y para eso, después de 12 años, he
leído y releído, escrito y reescrito el mensaje de la salvación gratuita, una y otra vez.
Por eso, “conociendo el tiempo,
que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de
nosotros nuestra salvación que cuando creímos” (Ro. 13:11), y avivando el mandato:
“Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y
a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que
instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda
paciencia y doctrina.” (2 Tim. 4:1-2), hoy me encomiendo al Señor Jesucristo,
para comenzar un ministerio “cara a cara”, en las calles de la ciudad en la que
nací y, Dios mediante, más allá. Sé que voy a contar con compañeros de milicia,
aquellos en cuyos corazones vive el gozo de la esperanza bienaventurada, de
saber que sus nombres están escritos en los cielos porque no se avergüenzan del
evangelio, el cual es poder de Dios para salvar a todo aquel que crea a la
locura de nuestra predicación.
Oremos para que la palabra de Dios corra, y "el mundo" (nuestros conciudadanos) crean.
Dios los bendiga.
Nicolás Genaro
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