¿Quién
debería avergonzarse?
“Pues no siento vergüenza de la
buena noticia acerca de Cristo porque es el poder que Dios usa para salvar a
todos los que creen en él. Se anunció primero a los judíos, pero ahora también
se anuncia a los que no son judíos. La buena noticia acerca de Cristo revela el
plan de Dios para traer justicia al mundo entero.” (Romanos 1:16-17 PDT)
El evangelio de Cristo trata
con el problema de perecer.
Tiene palabras de vida
eterna y salvación.
No viene con palabritas
dulces y "palmaditas de paz y amor".
El evangelio es el mensaje
más poderoso de la historia y en todo el mundo.
No es un circo religioso
para ingenuos que buscan dinero, estatuitas o superstición.
Es un mensaje que da vida a
los muertos, vista a los ciegos, libertad a los presos, y nos libra de
condenación y eterna perdición.
La gracia, la misericordia,
la verdad, la redención, el perdón, la eternidad, la gloria del Señor. Están
ahí, al alcance de todos.
Dios es bueno. No nos creó
para ser títeres. Nos dio libertad para escoger. Si escogemos rechazarlo, Él no
deja de ser.
Mejor que la vida es la
victoria sobre la muerte.
Más grande que la muerte es
el poder de Dios.
Y más grande que todas las
injusticias es la crucifixión.
Y no hay nada ni nadie que
pueda anular el amor de Cristo muriendo por los suyos.
Si la muerte fuera todo lo
que hay, no habría ningún evangelio que predicar. Si la condena y venganza
contra la maldad no fueran algo seguro, la crucifixión de Cristo no hubiese
sucedido.
Si la maldad no fuera una
tremenda realidad asolando nuestro mundo, estas palabras estarían de más.
Pero la gente quiere
"salvar al mundo", quiere sentirse bien, donando a una ONG, dando
dinero a un merendero, siendo "buena persona"... quiere creer que con
las sobras de su vida, puede estar a la altura de las demandas del Evangelio.
Cuanta insensatez.
Las personas decentes
pretenden ser buenos sin reconocer la verdad del único Bueno. Quieren sentirse
bien cumpliendo algunos pocos ritos de una religión agradable.
Cuanta negligencia.
Nadie se molesta por su
propia hipocresía y falta de sinceridad espiritual. La ignorancia de las
enseñanzas de Cristo es garrafal, pero está bien, es más importante saber lo
que dijo el Papa, Cerati o Pelé.
Puedo escribir sin esperar
réplicas, porque la incredulidad se ha vuelto insensible a toda amonestación
espiritual. Porque ya nadie piensa en el alma. Sólo piensan en lo que se pueden
ver, consumir y disfrutar.
Pero la voz del Señor puede
despertarte, porque, como él decía: el que tiene oídos para oír, oiga:
"Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se
pierde a sí mismo?
Porque el que se avergonzare
de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga
en su gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles." (Lucas
9:25-26).
No te avergüences, antes bien, prestá atención a lo que está escrito, porque esta es nuestra situación:
"«No hay justo, ¡ni uno
solo!
11 No hay quien tenga
entendimiento.
No hay quien de verdad
quiera conocer a Dios.
12 Todos han abandonado a
Dios.
Todos se hicieron inútiles.
No hay nadie que haga el
bien.
¡Ni uno solo!
13 Su boca es un sepulcro
abierto;
usan la lengua para engañar.
Lo que dicen es como el
veneno de una serpiente.
14 Su boca está llena de
maldición y amargura.
15 Están siempre listos para
herir o matar;
16 dondequiera que van
causan destrucción y tristeza.
17 No conocen el camino que
lleva a la paz.
18 No les pasa por la mente
tener respeto o temor de Dios».
19 Ahora sabemos que lo que
dice la ley es para los que tienen la ley. Se acabaron las excusas, todo el
mundo está bajo el juicio de Dios 20 porque nadie consigue ser aprobado por
actos de obediencia a una ley. La ley sólo nos muestra nuestro pecado.
21 Pero ahora Dios nos
muestra lo que anunciaban la ley y los profetas: la manera en que Dios nos
aprueba no tiene nada que ver con la ley, 22 sino que tiene que ver con la fe
en Jesucristo. Dios aprueba a todo el que tiene fe en Jesucristo, no importa
quién sea. 23 Todos pecaron y por eso no pueden participar de la gloria de
Dios. 24 Dios, por su generoso amor, aprueba a todos GRATUITAMENTE. Es UN
REGALO de Dios hecho posible porque Jesucristo hizo lo necesario para liberarnos
del pecado. 25-26 Dios ofreció a Jesucristo para hacer posible, por medio de su
muerte, el perdón de los pecados. El perdón se recibe a través de la fe. Él
ofreció a Jesucristo como sacrificio para demostrar que él siempre es justo en
lo que hace. Lo demostró en el pasado cuando en su paciencia pasó por alto los
pecados de muchos, y también ahora al aprobar a todo aquel que confía en
Jesús." (Carta a los Romanos cap. 3)
Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo.
“Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no
será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo
que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan” (Romanos
10:11-12)
Amén.
N.M.G.
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