UNA VERDADERA SENTENCIA NO ADMITE MERAS CREENCIAS
Un hecho histórico no es una cuestión de fe, sino de veracidad de los documentos, testimonios y demás pruebas (evidencia). De igual manera, un Juez no condena a una persona por un delito que el propio Juez no vio (hecho pasado/historia) como un acto de fe, sino como un acto de convicción basada en pruebas de hechos tenidos por ciertos en base a evidencia concreta. Al no tener presente esta cuestión, muchos confunden credulidad con fe, las cuales son muy diferentes.
La convicción en hechos históricos admite fe (o sea, podremos decir que son dignos de confianza), mientras que el mero "creer" en alguna cosa, es credulidad (no presentan pruebas razonables). Así que, mientras la fe bíblica puede dar RAZONES de sus fundamentos, las meras creencias irracionales resultan meras supersticiones.
Por su parte, una teoría que se pretende "científica", como es el evolucionismo (en rigor una seudociencia), no es cientícamente contrastable en ningún laboratorio, sino todo lo contrario. O sea que, quienes creen en ella, se basan más en elementos propios de la credulidad (aceptación ciega de un "mecanismo" nunca observado realmente) que de la fe (razones concretas: un hecho observado). Porque, como dijimos, la fe presenta razones contrastables, testimonios fieles, documentos palpables, pero la evolución, se trata meramente de una teoría que sólo existe como idea originada en una ya descartada pretensión de Darwin, de que la complejidad de los seres vivos se debe a un proceso de mejoras graduales. Lo cual, ya se ha demostrado como insostenible, siquiera, al nivel de la misma teoría.
La fe y la ciencia parten del mundo creado. La ciencia no puede explicar por qué el mundo existe, puede, como mucho, tratar de explicar los procesos que intervienen en la naturaleza, pero no puede dar respuesta alguna a por qué la naturaleza llegó a ser. Por eso, las implicaciones de "la fe" que predicamos (en el evangelio), supera a la ciencia en tanto que, no sólo observa junto al científico la creación que nos rodea, sino que además, recibe una revelación específica del Creador que puso leyes, no sólo en el mundo material, sino también en el inmaterial (la conciencia humana, por ejemplo), y le dio sentido y trascendencia a la creación, de modo que todos podemos intuir el objetivo de "llegar a", incito en nuestros más profundos anhelos existenciales.
La ciencia se agota en lo meramente material, procesos ciegos de los elementos naturales, pero no puede explicar conceptos tales como juicio moral, responsabilidad ética, redención, trascendencia, alma, espíritu, juicio, eternidad, Mesías, entre otros muchos más.
Para terminar, te invito a que leas el siguiente pasaje en el que vemos al apóstol Pablo presentando la evidencia de la que partimos para predicar el mensaje de salvación, para ese alma que la ciencia del incrédulo no quiere considerar, pero que la humildad del sincero, podrá apreciar.
Dios te bendiga.
"Algunos filósofos epicúreos y estoicos empezaron a discutir con él. Unos decían: «¿Qué es lo que dice ese charlatán?» Otros decían: «Parece que está hablando de otros dioses» porque Pablo estaba hablando de «Jesús» y de la «Resurrección». Entonces llevaron a Pablo a una reunión del Concejo de la ciudad y le dijeron:
—Queremos que nos expliques esta nueva enseñanza que estás presentando. Lo que dices es nuevo para nosotros, nunca habíamos escuchado eso antes y queremos saber qué significan estas nuevas enseñanzas.
Todos los atenienses y los inmigrantes que vivían allí ocupaban siempre su tiempo escuchando o hablando de las ideas nuevas que surgían.
Entonces Pablo se levantó ante la reunión del Concejo de la ciudad y dijo:
—Atenienses, me doy cuenta de que ustedes son muy religiosos en todo. Al pasar por la ciudad, vi todos sus santuarios y hasta encontré un altar que tenía escrito: “Al Dios no conocido”. Yo les hablo de ese que ustedes adoran sin conocerlo.
»Es el Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él. Puesto que él es Señor del cielo y de la tierra, no vive en templos construidos por manos humanas. Él no necesita nada de los seres humanos; al contrario, les da a todos vida, aire y todo lo necesario. De un solo hombre Dios creó todos los distintos seres humanos para que habitaran en todo el mundo y determinó cuándo y dónde debían vivir. Dios quería que la humanidad lo buscara y, aunque fuera a tientas, lo encontrara. Pero en realidad, Dios no está lejos de ninguno de nosotros: “En él vivimos, nos movemos y existimos”. Como dicen sus poetas: “Porque somos sus descendientes”.
»Puesto que somos descendientes de Dios, no debemos creer que Dios es algo que la gente imagina o inventa. Él no es una imagen de oro, plata ni piedra. En el pasado, la gente no entendía a Dios y él pasó por alto esa época de ignorancia. Sin embargo, ahora ordena a todo ser humano que cambie su manera de pensar y de vivir. Dios ha fijado una fecha en la cual juzgará a todos con justicia y lo hará por medio del hombre que él ha elegido y resucitado como prueba para todos.
Cuando escucharon eso de la resurrección, algunos de ellos se burlaban, pero otros dijeron:
—Ya te escucharemos en otra ocasión." (Libro de Hechos. cap. 17 vv. 18-32 Versión Palabra de Dios para Todos)
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