Cualquiera puede parecer cristiano por fuera.
Una persona medianamente moral que no niegue a Dios y asienta las afirmaciones
sobre Cristo puede pasar como cristiana, incluso para sí misma. Pero eso no es
cristianismo según Jesucristo, sino según la cultura que se fue forjando a lo largo de los siglos por la influencia de sus discípulos y la doctrina cristiana.
Surge la necesidad entonces, de
hacer ver a las personas que su idea sobre lo que es "ser de Cristo", no estará basada en la verdad, hasta
tanto las palabras de Aquel que dijo: "Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí" (Juan 14:6), hagan impacto en lo profundo
de su conciencia, sus pensamientos y la raíz misma de su alma.
El "cristianismo camiseta" se puede poner como un accesorio a la vida de cualquiera, pero no llega a afectar su intimidad. En cambio, el
"cristianismo" según el Espíritu de Cristo (Ro. 8:9-14), mediante el cual
el Padre busca "adoradores en
espíritu y en verdad" (Juan 4:23) se convierte en lo más esencial de
nuestra vida.
Muchos en el mundo adoptan
fácilmente un "cristianismo de camiseta", pero vos preguntate ¿hay
algo en mi interior más allá de esa camiseta cristiana-cultural? ¿He encontrado la
puerta estrecha que lleva a la verdadera vida que está en Cristo Jesús?
Considera el siguiente pasaje de la Escritura que planteaba esto mismo a quienes vivían una influencia religiosa exterior, pero sin una profunda realidad interior dada por el Espíritu de Dios:
“Uno no es judío por tener una marca exterior en el cuerpo porque la verdadera circuncisión no es la del exterior del cuerpo. Uno es verdaderamente judío cuando lo es en su interior. La verdadera circuncisión está en el corazón y se hace por el Espíritu, y no por lo que está escrito. El que tiene la circuncisión de corazón, por el Espíritu recibe la aprobación de Dios y no la de los demás.” (Romanos 2:28-29 versión PDT)
Lee Mateo 7 v. 7 al 27 y busca la reflexión que viene del Señor, porque Él prometió revelarse a los que aman sus palabras (Juan 14:21-23).
Nicolás
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