"Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal." (Génesis 3:4-5)
Las personas que nunca han leído la Biblia, y aquellas que sólo la conocen en parte y de oídas, se han quedado con la versión de que el fruto prohibido fue una manzana o el sexo. Pero lo cierto que nada de eso es verdad, y el primer libro de la Biblia hace referencia a algo mucho más verosímil y plausible.
A continuación les comparto una reflexión sobre el testimonio bíblico sobre la literalidad del relato del Génesis.
¿Es el relato de la creación histórico o meramente alegórico?
Cuando hablamos sobre la literalidad del relato de Génesis veo en el peyote un ejemplo de fruto de un "árbol" que tiene efectos sobre la psiquis humana. Leeamos:
"Se denomina experiencia psicodélica, viaje o vuelo a las vivencias derivadas del uso de algún fármaco psicodélico o de algún otro tipo de práctica que posibilita el paso de la mente a un estado alterado de conciencia, ... A menudo se ha comparado la experiencia psicodélica con las vivencias que describen los místicos, las que algunas culturas tradicionales atribuyen a los difuntos en su paso al Más Allá o las propias de ciertas psicosis. La palabra psicodélico viene de la combinación de dos términos griegos: el sustantivo psyche (ψυχή), «alma» y el verbo δήλομαι, "manifestar". Literalmente significa "que manifiesta el alma"." (Fuente: Wikipedia)
Osea que, dentro de este paradigma, es perfectamente posible que el fruto del, literalmente: "árbol del conocimiento del bien y del mal" (Génesis 2:9) haya cambiado el estado de la conciencia humana de modo que "lo bueno y lo malo" pasó a ser objeto de juicio de nuestra conciencia, rompiéndose así la inocencia primera donde el hombre andaba desnudo sin considerar a su natural desnudez como algo de qué avergonzarse. O sea que, cuando Dios le pregunta a Adán “¿Quién te enseñó que estas desnudo?” (Génesis 3:11) vemos que un elemento extraño a la naturaleza inocente del hombre y la mujer se había introducido en sus mentes. Leamos un poco más en el mismo capitulo:
“6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. 7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
La pregunta entonces es “¿Quién le enseñó al hombre que estaba desnudo cuando nadie jamás se había vestido, ni habían visto homo sapiens con ropas? ¿Quién o qué produjo en sus mentes el sentimiento de vergüenza por algo que era completamente natural en ellos en aquel principio de la creación?
Por el hecho de que la conciencia sea susceptible de alteraciones por la ingesta de sustancias provenientes del reino vegetal (como señalamos arriba. Más info aquí:http://es.wikipedia.org/wiki/Lophophora_williamsii ), podemos aceptar la posibilidad cierta de que al comer de ese fruto, el hecho de que se nos informe que “fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos”, nos dice que juzgaron como mala su desnudez y buscaron taparse.
¿Por qué llegó a ser malo el hecho de que estuvieran desnudos?
Les dejo la pregunta, pero leamos un poco más, para ver que tal desnudez física tiene relación con la conciencia de lo bueno y lo malo y el miedo que genera la conciencia de lo malo:
“7…; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales. 8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.”
Nuestra conciencia humana es universalmente la misma en el sentido de que todos juzgamos lo que conocemos como algo bueno o algo malo. El resto de los animales no tienen ese problema, ellos simplemente viven de acuerdo a su naturaleza. Pero nosotros tenemos un problema con nuestra naturaleza, es decir, existe en nuestra conciencia un conflicto al que fueron abiertos nuestros “ojos”, no los ojos físicos, porque Adán y Eva veían, sino los ojos de la percepción moral, ya que una lectura cuidadosa nos dice que “fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos”. No nos está diciendo que abrieron los párpados, ni que dejaron de ser ciegos, sino que el conocimiento de su desnudez fue el resultado de una percepción moral (bueno – malo) que antes no tenían.
Tal percepción moral nos acompaña hasta hoy, y sin dudas tuvo un origen. El relato del libro de Génesis nos da una suficientemente detallada explicación de cómo el hombre perdió su inocencia natural y cómo su conciencia captó un nuevo aspecto de la realidad que nos rodea, lo cual no hubiese ocurrido si el hombre y la mujer no hubiesen ingerido ese fruto con cuya sustancia se alteró para siempre la conciencia humana. Y no sólo eso, sino que la muerte misma entró en el mundo, es decir, el reino natural, por causa del hombre. Dios maldijo la tierra por causa de la transgresión del hombre. Dios puso las leyes que en su propósito preparó, de modo que se nos dice que: "la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza" (Romanos 8:20).
O sea que, para comprender el relato del Génesis correctamente (como un testimonio histórico y no como un mito o cuento alegórico como algunos afirman), es necesario considerar todos los elementos que concurren a darle significado y poder explicativo completo, a saber, la preexistencia de las huestes espirituales (los ángeles), la existencia de la maldad satánica como voluntad autónoma dando a luz la primera mentira y sus implicaciones, la soberanía de Dios actuando en todo momento e interactuando con las criaturas que Él creó para relacionarse y darles un propósito dentro de Su universo, el valor de la Justicia implicada en la obediencia-desobediencia hacia el Creador, entre otros puntos que pueden considerarse (el origen del lenguaje humano, por ejemplo) y cuya interpretación concuerda con un relato literal del libro de Génesis, más allá de cierto lenguaje figurativo como el que encontramos en la primera parte de la oración de Génesis 3:19 pero que también concluye con un hecho literal: ".
"Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás."
Espero que los lectores se vean impulsados a romper los prejuicios y preconceptos que evitan que las personas tengan un conocimiento de la Revelación dada en la Biblia de un modo tal que sean libres de las falsas objeciones que tales ideas levantan apartando a la gente de la verdad del testimonio de Dios.
N.M.G.
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