Podríamos estar en cualquier fecha, pero lo cierto es que la humanidad lleva una cuenta especial habiendo contado ya 2017 años desde el nacimiento de Jesucristo. Podríamos creer que estamos viviendo en un universo accidental y anónimo, pasajero y caprichoso que marcha hacia la nada, y entonces ¿qué importancia tendría llevar la cuenta de los siglos?
Pero tenemos conciencia de una Historia con sentido porque Dios ha intervenido en ella, y en cada año que pasa reafirmamos nuestro deseo de tener parte en esa línea del tiempo que tiene sentido y trascendencia.
Fuimos creados para celebrar la vida y alabar las maravillas de la creación, de modo que no importa qué tan mal la podamos estar pasando, ni cuántos sean los males que nos rodean, haremos un alto para levantar una copa y agradecer, no meramente porque hayan pasado otros 365 días, sino porque somos parte de una Historia que lleva 2017 años, no una historia que ha de quedar borrada bajo miles de años luz, sino una Historia que tiene un Dios soberano que la sustenta y domina, y la lleva a cumplir su propósito.
Si la Historia no tuviera un destino por delante, si celebrar la vida no nos llevara a alabar y agradecer a su Autor, si nuestra búsqueda de la verdad y la justicia, la paz y el amor no nos llevaran a reconocer al Hombre que ha partido la Historia en un después que ya lleva 2017 años, entonces, al celebrar la llegada del año 2018 simplemente estaríamos comenzando un año más dentro de una existencia sin más sentido que el de comer y beber antes de perecer para siempre.
Pero vive Dios, el Creador de los cielos y la tierra, que la gran esperanza al avanzar un año más en la larga línea de tiempo transcurrida, no es simplemente seguir existiendo, sino la de poder comenzar a caminar, o seguir caminando, tras los pasos del Eterno.
No podría entonces estar celebrando la llegada del año 2018 de nuestro Señor (tal como los libros de Historia lo acreditan) y no honrar a Aquel que ha alumbrado la existencia de toda la Humanidad con su vida veinte siglos atrás. Así que, para despedir este 2017 escogí estas palabras para compartirla con ustedes:
"El Señor dice: «Te guiaré por el mejor sendero para tu vida;
te aconsejaré y velaré por ti.
No seas como el mulo o el caballo, que no tienen entendimiento, que necesitan un freno y una brida para mantenerse controlados».
te aconsejaré y velaré por ti.
No seas como el mulo o el caballo, que no tienen entendimiento, que necesitan un freno y una brida para mantenerse controlados».
Muchos son los dolores de los malvados, pero el amor inagotable rodea a los que confían en el Señor.
¡Así que alégrense mucho en el Señor y estén contentos, ustedes los que le obedecen!
¡Griten de alegría, ustedes de corazón puro!"
(Salmo 32 vv. 8-11)
¡Así que alégrense mucho en el Señor y estén contentos, ustedes los que le obedecen!
¡Griten de alegría, ustedes de corazón puro!"
(Salmo 32 vv. 8-11)
"Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mateo 11:27-29)
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mateo 11:27-29)
Gracias a Jesús nuestro Señor que nos sostiene.
Amén.
N.M.G.
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