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El Libro Prohibido


"Cada Biblia era copiada a mano y tomaba la vida entera de un monje hacerlo. De acuerdo con los estándares de hoy cada una de esas Biblias costaría probablemente US$ 20.000” 

A veces las personas no nos damos cuenta de la dimensión de las cosas y eso nos lleva a no valorarlas o juzgarlas incorrectamente. Hay algo que tal vez pocos toman conciencia y es lo que la Biblia ha costado más allá de su incomparable mensaje, enseñanzas y el invaluable valor de su revelación.

Cuando leemos la Biblia estamos frente a textos que no sólo han sido conservados durante milenios y copiados manualmente de generación en generación por dedicados y escrupulosos escribas, sino que han sido objeto de traducción por personas que dedicaron sus vidas a tal empresa extendiendo los textos a todas las naciones y tribus del mundo. 

Pero eso no es todo. Además de las personas que dedicaron (y dedican) su vida a propagar las Sagradas Escrituras a todos los rincones del planeta, muchos dedicaron y dedican sus mejores esfuerzos a estudiarlas profundamente, y aun hay quienes también expusieron sus vidas (al igual que en la actualidad) ante quienes se opusieron censurando, prohibiendo, y encarcelando a quienes llevaran adelante su enseñanza, traducción, propagación o predicación pública o privada.  

Cuando abrimos una Biblia, abrimos mucho más que un libro, nos ponemos en contacto con el documento escrito mejor conservado, más divulgado, defendido y atacado, amado y odiado, predicado y censurado, alabado y burlado, estudiado y tergiversado, de la Historia humana. Y todo ello debido al mensaje insuperable que contiene. 

Pues bien, cuando oímos a personas que opinan de las Sagradas Escrituras con desdén o desinterés, e incluso con un indocto y descuidado criticismo o con aire de superioridad, debemos entender su postura como tal, y disponernos con humilde sinceridad y total diligencia a echar mano del que no en vano es considerado como el mismísimo libro dado por Dios a los hombres, cuya veracidad y autoridad es atestiguada por cualquiera que las ha escudriñado con el genuino deseo de hallar la verdad.

Escudriñar la Biblia con la debida diligencia y atención hace posible conocer la sabiduría de Dios presente en sus páginas y su presencia directa manifiesta en Jesús, el Hijo. Así, lo que el Antiguo Testamento preparó y anticipó durante decenas de siglos, el Nuevo Testamento lo muestra consumándose en la sola persona de nuestro Señor Jesucristo.  

Así pues leemos en el Nuevo Testamento (cuando se refiere a las Escrituras Sagradas conservadas por el pueblo de Israel): “Hace mucho tiempo, Dios habló muchas veces y de diversas maneras a nuestros antepasados por medio de los profetas. Y ahora, en estos últimos días, nos ha hablado por medio de su Hijo. Dios le prometió todo al Hijo como herencia y, mediante el Hijo, creó el universo. El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios, y sostiene todo con el gran poder de su palabra.” (Carta a los Hebreos cap. 1 vv. 1-3 NTV)

“Pues no estábamos inventando cuentos ingeniosos cuando les hablamos de la poderosa venida de nuestro Señor Jesucristo. Nosotros vimos su majestuoso esplendor con nuestros propios ojos  cuando él recibió honor y gloria de parte de Dios Padre. La voz de la majestuosa gloria de Dios le dijo: «Este es mi Hijo muy amado, quien me da gran gozo». Nosotros mismos oímos aquella voz del cielo cuando estuvimos con él en el monte santo. Debido a esa experiencia, ahora confiamos aún más en el mensaje que proclamaron los profetas. Ustedes deben prestar mucha atención a lo que ellos escribieron, porque sus palabras son como una lámpara que brilla en un lugar oscuro hasta que el Día amanezca y Cristo, la Estrella de la Mañana, brille en el corazón de ustedes.  Sobre todo, tienen que entender que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los profetas ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios.” (2 Pedro 1:16-21 NTV)

Por último, para que tu paladar guste la buena Palabra del testimonio de Dios, te dejo con su propio mensaje:

"Jesús les dijo:
—Regresen a Juan y cuéntenle lo que han oído y visto: 5 los ciegos ven, los cojos caminan bien, los leprosos son curados, los sordos oyen, los muertos resucitan, y a los pobres se les predica la Buena Noticia. 6 Y díganle: “Dios bendice a los que no se apartan por causa de mí”.
7 Mientras los discípulos de Juan se iban, Jesús comenzó a hablar acerca de él a las multitudes: «¿A qué clase de hombre fueron a ver al desierto? ¿Acaso era una caña débil sacudida con la más leve brisa? 8 ¿O esperaban ver a un hombre vestido con ropa costosa? No, la gente que usa ropa costosa vive en los palacios. 9 ¿Buscaban a un profeta? Así es, y él es más que un profeta. 10 Juan es el hombre al que se refieren las Escrituras cuando dicen:
“Mira, envío a mi mensajero por anticipado,
    y él preparará el camino delante de ti”.
11 »Les digo la verdad, de todos los que han vivido, nadie es superior a Juan el Bautista. Sin embargo, hasta la persona más insignificante en el reino del cielo es superior a él. 12 Desde los días en que Juan el Bautista comenzó a predicar hasta ahora, el reino del cielo ha venido avanzando con fuerza, y gente violenta lo está atacando. 13 Pues, antes de que viniera Juan, todos los profetas y la ley de Moisés anunciaban este tiempo; 14 y si ustedes están dispuestos a aceptar lo que les digo, él es Elías, aquel que los profetas dijeron que vendría. 15 ¡El que tenga oídos para oír, que escuche y entienda!” (Mateo 11:4-15)

Cuando leemos la Biblia leemos mucho más que cosas en un libro, conocemos el mensaje del testimonio de Dios mismo, y su testimonio es para salvación y vida eterna, como bien podrás llegar a entender al leerla.

Por esa razón ¡no cierres tu corazón a lo que oyen tus oídos!

La paz del Señor y su gracia te bendiga, querido lector.


N.M.G.

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