Siglos antes del nacimiento del Señor
Jesús, en el libro de Eclesiastés, en el capítulo 9:13-17, se lee: “También vi
esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: una pequeña ciudad, y
pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta
contra ella grandes baluartes; y se halla en ella un hombre pobre, sabio, el
cual libra a la ciudad con su sabiduría; y nadie se acordaba de aquel hombre pobre.
Entonces dije yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del
pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras. Las palabras del
sabio escuchadas en quietud, son mejores que el clamor del señor entre los
necios.”
A través de las Escrituras veo
una parábola escondida en ese pasaje. Dice la Escritura en Proverbios 25:2 “Gloria
de Dios es encubrir un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo.”, te
invito a considerar el siguiente escudriñamiento.
“… vi
esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grande: una pequeña ciudad, y
pocos hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia y levanta
contra ella grandes baluartes…”
La “pequeña ciudad” es el mundo.
Los “pocos hombres”, son la humanidad comparada contra los millares de
demonios al servicio de Satanás “el gran rey”, “el cual engaña al
mundo entero” (Apocalipsis 12:9) y lo asedia levantando grandes baluartes,
o como dice la versión Dios Habla Hoy: “levanta alrededor (de ella) una gran
maquinaria de ataque.”
“un
hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría”
Cristo, “el Hijo del hombre”, quien
“por amor a nosotros se hizo pobre” (2 Corintios 8:9) viene a ser “para los
llamados, … poder de Dios, y sabiduría de Dios.” (1 Corintios 1:24)
“… libra
a la ciudad con su sabiduría”
“Dijo entonces
Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi
palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la
verdad os hará libres.” (Juan 8:31-32).
“… yo he
vencido al mundo.” (Juan 16:33)
“todo espíritu
que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el
espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya
está en el mundo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque
mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:3-4)
“Porque todo
lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha
vencido al mundo, nuestra fe.” (1 Juan 5:4)
“… y
nadie se acordaba de aquel hombre pobre”
“Mirad cuál amor nos ha dado el
Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce,
porque no le conoció a él.” (1 Juan 3:1)
Jesús, en nuestro mundo, es un personaje religioso, una figura venerada por la religión, pero de ninguna manera es recibido como Autoridad máxima en la vida de las personas. Los únicos que recuerdan diariamente su persona y palabras son los verdaderos cristianos, aquellos que lo confesamos como Señor. En el mundo, nadie se acuerda realmente de las cosas que habló y enseñó Jesús.
Sin embargo, para quienes reciben la doctrina de Cristo, nace la esperanza de victoria frente al reino de tinieblas que corrompe la vida: “porque también la creación misma
será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los
hijos de Dios.” (Romanos 8:21)
“…Mejor es
la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del pobre sea menospreciada, y no
sean escuchadas sus palabras. Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son
mejores que el clamor del señor entre los necios.”
Aunque el mundo no tenga presente
a Jesucristo y la ciencia (verdadera doctrina) de sus palabras, porque la gente
aparta sus oídos para no oírlas (¡incluso en "iglesias"! -ver 2 Tim. 4:3-4), sin embargo, esas palabras, que son la sabiduría
de Cristo y su evangelio, “son mejores que el clamor del señor entre los necios”,
o dicho en otros términos, mejor que la elocuencia de los grandes de este mundo
cumpliendo el proverbio: “la erudición de los necios es necedad.” (Proverbios
16:22).
Quienes escuchan las palabras de
Cristo y las atesoran en silencio, podrán experimentar la verdad de la
Escritura: “Aguas profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arroyo
que rebosa, la fuente de la sabiduría.” (Proverbios 18:4)
“Manantial de vida es el
entendimiento al que lo posee” (Proverbios 22:16).
“Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera
que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que
yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una
fuente de agua que salte para vida eterna.” (Juan 4:13-14).
Espero que lo que acabamos de
leer te lleve a gustar “la sabiduría oculta”, la cual, como escribiera el apóstol
Pablo: “Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria” (1 Corintios
2:7).
Dios te bendiga.
N.M.G.
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